jueves, 27 de marzo de 2014

Eligiendo nuestro Banco - Negociación bancaria (I)

Si hay algo de lo que una empresa no puede prescindir es de un Banco. No solo debemos pensar en el Banco desde el punto de vista de la financiación, es mucho más. Efectivamente es uno de nuestros proveedores y así también tenemos que entenderlo, pero no debemos olvidar que en el día a día de cada empresa el Banco es también un colaborador y que nos proporciona una serie de servicios que son básicos para el éxito de nuestro negocio. Una mala elección puede perjudicarnos y hacernos quedar mal ante nuestros clientes y proveedores.

La relación banca-empresa es tan antigua como la banca misma. Desde Pythius de Lidia, a principios del siglo V a.C., el primer banquero individual del cual hay registros, ha pasado por todo tipo de situaciones. Sin irnos tan lejos, los últimos años han sido especialmente difíciles. A través de una serie de posts voy a tratar de transmitir pautas, mecanismos y algún que otro consejo que permita mejorar la relación con nuestro banco, sacarle el máximo partido y contribuir a lo que toda empresa busca, mejorar el beneficio.

“Todos los Bancos son iguales”.
No es cierto. Ni todos los bancos son iguales ni tienen por qué serlo. En todos los ámbitos de la vida se tiende a la especialización, en banca también. Lo que sí debemos es saber elegir la entidad que mejor se adapte a nosotros y a nuestro negocio.

¿Con cuántos bancos debo trabajar?
Con los necesarios. Salvo que tu negocio sea muy pequeño (y aun así no es bueno) nunca debes trabajar con un solo Banco. La frase “no debes poner todos los huevos en la misma cesta” es aplicable al 100%. La mayoría de las entidades tratan de vincularte lo máximo posible con la idea de dificultar la “fuga” del cliente pero eso hace que, en  caso de necesidad, estés atrapado para buscar soluciones. Reparte tu negocio entre diferentes bancos, hasta un número adecuado que te permita gestionarlos diariamente y siempre teniendo una entidad como referencia.

¿Cómo elegir?
Siempre con sentido empresarial. Un banco es un negocio, como el tuyo. Dentro del marco de tu ética personal y empresarial, elige las entidades que mejor se adapten a tu negocio, tanto en el precio como en los servicios que te ofrezca. No todas las entidades saben tratar las empresas, ni todas las oficinas dentro de una misma entidad. Si tu empresa requiere de servicios relacionados con el comercio exterior debes buscar una entidad que sepa trabajar este segmento. Si tu empresa tiene puntas de tesorería habituales busca una entidad con una buena mesa de tesorería. Si utilizas habitualmente la banca a distancia, asegúrate que tu entidad tiene una buena plataforma online. En definitiva, tu negocio es lo primero.

Un experto financiero puede ayudarte a negociar con tu banco y a elegir la entidad más adecuada a tus necesidades.



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