Si
hay algo de lo que una empresa no puede prescindir es de un Banco. No solo
debemos pensar en el Banco desde el punto de vista de la financiación, es mucho
más. Efectivamente es uno de nuestros proveedores y así también tenemos que
entenderlo, pero no debemos olvidar que en el día a día de cada empresa el
Banco es también un colaborador y que nos proporciona una serie de servicios
que son básicos para el éxito de nuestro negocio. Una mala elección puede
perjudicarnos y hacernos quedar mal ante nuestros clientes y proveedores.
La
relación banca-empresa es tan antigua como la banca misma. Desde Pythius
de Lidia, a principios del
siglo V a.C., el primer banquero individual del cual hay registros, ha pasado por
todo tipo de situaciones. Sin irnos tan lejos, los últimos años han sido
especialmente difíciles. A través de una serie de posts voy a tratar de
transmitir pautas, mecanismos y algún que otro consejo que permita mejorar la
relación con nuestro banco, sacarle el máximo partido y contribuir a lo que
toda empresa busca, mejorar el beneficio.
“Todos
los Bancos son iguales”.
No
es cierto. Ni todos los bancos son iguales ni tienen por qué serlo. En todos
los ámbitos de la vida se tiende a la especialización, en banca también. Lo que
sí debemos es saber elegir la entidad que mejor se adapte a nosotros y a
nuestro negocio.
¿Con
cuántos bancos debo trabajar?
Con
los necesarios. Salvo que tu negocio sea muy pequeño (y aun así no es bueno)
nunca debes trabajar con un solo Banco. La frase “no debes poner todos los
huevos en la misma cesta” es aplicable al 100%. La mayoría de las entidades
tratan de vincularte lo máximo posible con la idea de dificultar la “fuga” del
cliente pero eso hace que, en caso de necesidad, estés atrapado para buscar
soluciones. Reparte tu negocio entre diferentes bancos, hasta un número
adecuado que te permita gestionarlos diariamente y siempre teniendo una
entidad como referencia.
¿Cómo
elegir?
Siempre
con sentido empresarial. Un banco es un negocio, como el tuyo. Dentro del marco de tu
ética personal y empresarial, elige las entidades que mejor se adapten a tu
negocio, tanto en el precio como en los servicios que te ofrezca. No todas las entidades saben tratar las empresas, ni todas las
oficinas dentro de una misma entidad. Si tu empresa requiere de servicios
relacionados con el comercio exterior debes buscar una entidad que sepa
trabajar este segmento. Si tu empresa tiene puntas de tesorería habituales
busca una entidad con una buena mesa de tesorería. Si utilizas habitualmente la
banca a distancia, asegúrate que tu entidad tiene una buena plataforma online.
En definitiva, tu negocio es lo primero.
Un
experto financiero puede ayudarte a negociar con tu banco y a elegir la entidad más adecuada
a tus necesidades.
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